Anisa Azaovagh de la Rosa
El trabajo enfoca la emigración desde la ética de la precariedad de Judith Butler. Para ello atenderé a la categoría de alteridad que está implícita en la de precariedad como interrelación, exposición o interdependencia como rasgos básicos de la misma. Asimismo, abordaré está categoría desde la concepción performativa que Butler tiene de los sujetos para sostener que la precariedad tiene dos dimensiones una pasiva en la que los sujetos son objeto de exclusión, discriminación, explotación o violencia y otra activa que revela en los sujetos una capacidad de agencia y de resistencia política. Es precisamente, esta distinción que no opone vulnerabilidad a resistencia la que me parece sumamente productiva a la hora de estudiar los fenómenos migratorios para no sólo evaluar los riesgos de la migración sino también sus fortalezas. Sin embargo, admitir que hay resistencia en la vulnerabilidad no desestima nuestra responsabilidad para con los emigrantes. La precariedad, inducida políticamente, es desigual por lo que la responsabilidad es siempre asimétrica.
This paper focuses on emigration from Judith Butler's ethics of precariousness.
I will necessarily attend to the alterity category that is implicit in the precariousness as interrelation, exposure or relation as basic features of it. Also, I will approach this category from the performative conception that Judith Butler has of the subjects to maintain that the precariousness has two dimensions: a passive one, in which the subjects are object of exclusion, discrimination, exploitation or violence;
and an active one, that reveals on the subjects a capacity of agency and a political resistance. It is precisely this distinction that does not oppose vulnerability to resistance, which seems to me extremely productive when studying migratory phenomena, to not only assess the risks of migration but also their strengths.
However, admitting that there is resistance in vulnerability does not dismiss our responsibility to migrant people. The precariousness, politically induced, is unequal, so the responsibility is always asymmetric.