Madrid, España
el artículo estudia dos formas de entender el liberalismo político. Por un lado, el liberalismo político puede confiar en la existencia de un consenso entrecruzado entre todas las visiones integrales razonables presentes en nuestra sociedad. Por otro lado, podemos fundar el liberalismo político sobre el valor moral del igual respeto a todos. El dilema entre una identificación de hecho de un consenso entrecruzado y una apelación normativa a valores morales se reproduce en dos niveles. Primero, cuando llenamos de contenido nuestra concepción política de la justicia. Y segundo, cuando exigimos imparcialidad para rellenar ese contenido. En el primer caso, podemos argumentar en favor de una concepción política de la justicia a través de un razonamiento normativo con premisas morales, o nuestra concepción política de la justicia puede ser el área en la que todas las visiones integrales razonables se entrecruzan. De forma similar, podemos exigir que los ciudadanos ofrezcan razones públicas imparciales porque es lo que la gente con sus diferentes visiones integrales considera apropiado, o porque deberían considerarlo así. El autor defiende que determinemos nuestra concepción política de la justicia con razonamientos normativos imparciales, y que fundemos ese requisito de imparcialidad en el valor moral del igual respeto.
the paper discusses two ways to understand political liberalism. On the one hand, political liberalism may rely on the existence of an overlapping consensus among all reasonable comprehensive views present in our society. On the other hand, we may ground political liberalism on the moral value of equal respect for everyone. The dilemma between a factual identification of an overlapping consensus and a normative appeal to moral values arises at two levels. First, when we fill the content of our political conception of justice. And second, when we require impartiality to fill that content. In the former case, we may argue for a particular conception of justice through normative argument with moral premises, or our political conception of justice might be the area where all reasonable comprehensive views overlap. Similarly, we require that citizens offer impartial public reasons because this is what people holding different comprehensive views do think appropriate, or because they should consider it so. The author argues that we should define our political conception of justice through impartial normative argument, and that we should ground the demand of impartiality on the moral value of equal respect.