Mónica Cano Abadía
Este artículo propone una lectura difractiva de dos posturas feministas que comparten su rechazo a las políticas identitarias pero que difieren en sus propuestas. Por un lado, el feminismo post-estructuralista confía en el papel de la deconstrucción para desnaturalizar las identidades de una manera que flexibilice la rigidez de las normas socioculturales que afectan a las identidades. Por otro lado, desde los nuevos materialismos feministas, Elisabeth Grosz propone un cambio materialista y post-antropocéntrico que deje de centrarse en los sujetos para pasar a considerar deseos y fuerzas. De esta manera, Grosz trata de alejar la agencia política de la lucha por el reconocimiento y colocarlas en la imperceptibilidad de las políticas de coalición feministas.
This paper proposes a diffractive reading on two feminist pointviews that share their rejection of identity politics, but differ about their proposals. On the one hand, post-structuralist feminism trusts deconstruction in order to denature identity in a way that it softens the rigidity of sociocultural norms that affect identities. On the other hand, within the new feminist materialisms, Elisabeth Grosz proposes a materialist and post-anthropocentric shift that stops focusing on the subjects to start considering desires and forces. In this manner, Grosz attempts to move political agency away from the fight for recognition and to meet the imperceptibility of feminist coalition politics.