Albert Julià Cano, Emma Cerviño Cuerva
Cerca de un 28% de la población infantil española se sitúa por debajo del umbral de pobreza y vive en condiciones precarias. Es un problema estructural, puesto que en épocas de bonanza económica también se mantienen tasas elevadas. Con el deterioro del empleo y de la economía en general, la pobreza se ha agravado aun más. Sus consecuencias durante la infancia son dramáticas, porque afecta a un periodo de la vida de las personas de máxima fragilidad, y los datos indican que la población infantil es la que presenta las tasas más altas de riesgo de pobreza persistente