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Tarragona, España
El sector industrial sigue siendo un entorno laboral fuertemente masculino, tanto porque los hombres siguen siendo mayoría en número como porque la masculinidad sigue siendo la lógica fundamental en sus procesos productivos. Este artículo analiza la situación actual, en que las trabajadoras, aunque son minoría, hace ya años que participan de este entorno laboral. Concretamente, el análisis está centrado en el nivel de las relaciones informales en el espacio de trabajo para entender el papel que mantiene el género en este entorno laboral. Con este objetivo, se realiza un estudio de caso del polo químico de Tarragona, el más importante del sur de Europa, en el que actualmente la fuerza de trabajo femenina es el 15%. El estudio se ciñe específicamente al nivel de operadores/as de planta, los puestos de trabajo de base de la industria, desde los que se controla el proceso químico in situ. Para la investigación, de base cualitativa, se han hecho 14 entrevistas a mujeres que realizan este trabajo, analizadas a través de una perspectiva de género constructivista. La metodología de la investigación en la que se enmarca esta tesis es la investigación-acción, por lo que los resultados aquí presentados también se han devuelto a las informantes en grupos de discusión para su debate y mejora. El principal resultado de este artículo es que, pese a la creciente participación femenina en el ámbito de la industria química, las dinámicas de relación siguen estando marcadas por la masculinidad. Pese a que la entrada de las mujeres se produjo unos veinte años atrás, se siguen detectando resistencias por parte de los trabajadores a la entrada de las mujeres. Estas resistencias se trasladan al plano identitario de las mujeres, quienes experimentan una cierta contradicción entre ser mujer y ser parte del equipo de operadores. Todo ello hace necesario que las mujeres desarrollen estrategias para el día a día en este entorno laboral, en las que utilizan herramientas de género. Para incorporarse mejor a este entorno laboral, las mujeres desarrollan estrategias coincidentes pese a ser individuales, disimulando elementos propios de la feminidad, a la vez que se visten con elementos masculinos. Así intentan escapar de la hipervisibilización negativa que tiene la feminidad en este entorno laboral. Mediante esta investigación, se pone sobre la mesa la importancia de las relaciones informales en el trabajo como espacio de dominación. Su gestión diaria, de acuerdo con los resultados, supone una carga extra de trabajo emocional y de estrés que recae sobre las mujeres.
The industrial sector continues to be a strongly masculine working environment, both because men continue to be the majority in number and because masculinity is still the fundamental logic in their productive processes. This article analyzes the current situation, in which the women workers, although they are a minority, have been participating in this work environment for years. Specifically, the analysis focuses on the level of informal relationships in the workplace to understand the role that gender maintains in this work environment. With this objective, this is a case study of the chemical pole of Tarragona, the most important one in southern Europe, where the female work force currently stands at 15%. The study is specifically focused on the level of plant operators, the basic jobs of the industry, from which the chemical process is controlled in situ. For qualitative research, 14 interviews were conducted with women who perform this work analyzed through a constructivist gender perspective. The investigation methodology in which this thesis is framed is the action research, so the results presented here have also been returned to the informants in discussion groups for debate and improvement. The main result of this article is that, despite the growing female participation in the field of the chemical industry, the relationship dynamics are still marked by masculinity. Although the entry of the women took place some twenty years ago, resistance continues to be detected by the workers at the entrance of the women. These resistances are transferred to the identity plane of women, who experience a certain contradiction between being a woman and being part of the team of operators. All this makes it necessary for women to develop day-to-day strategies in this work environment, in which they use gender tools. To better incorporate themselves into this work environment, women develop matching strategies despite being individual, disguising elements of femininity, while “dressing” with masculine elements. This is how they try to escape the negative hypervisibility that femininity has in this work environment. Through this research, the importance of informal relationships at work as a space of domination is put on the table. Its daily management, according to the results, supposes an extra load of emotional work and stress that falls on women.
