La protección de datos no se escapa de ningún ámbito de nuestra vida, ni siquiera la religión. Actualmente, existen prácticas por algunas comunidades (e incluso empresas) que consiste en acudir presencialmente a los domicilios de personas para fidelizar creyentes (o clientes). Para esas prácticas suelen tomarse datos personales, pero dicha práctica muestra algunos puntos oscuros como la existencia de corresponsables, la existencia o no de ficheros y la aplicación de la legislación sobre protección de datos.