La conformidad tiende a verse como una institución que ofrece rebajas penales a cambio de agilidad procesal. Sin embargo, no son pocos los supuestos en los que el acusado acepta razonablemente una pena mayor de la que en justicia le correspondería. El artículo pretende detectar y clasificar las razones de esta práctica (evitar el riesgo de una condena injusta mayor, reducir los costes del proceso, evitar costes a terceros), subrayar sus inconvenientes desde la perspectiva de los valores constitucionales, y sugerir alguna estrategia para reducir el número de casos o paliar sus consecuencias para el honor de los conformados.