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Ursula Münch
La importancia del federalismo alemán en el sistema político de Alemania está disminuyendo, tendencia que se vio reforzada por las reformas del federalismo implementadas en 2006 y 2007. La menguante importancia del sistema político federal puede atribuirse a dos factores: en primer lugar, al hecho de que, debido a las inadecuadas infraestructuras (educativas) del país y a la percepción de una alarmante situación de seguridad, la opinión pública alemana se muestra más reacia que nunca a aceptar los diferentes resultados políticos, que inevitablemente están asociados a unas políticas de educación y seguridad organizadas a nivel federal. En segundo lugar, como consecuencia del sistema alemán de federalismo de unión, los Laender (Estados federados) más débiles y menos poderosos desde el punto de vista económico tienden a teñir la imagen global de la estructura federal de Alemania. El hecho de que el federalismo en Alemania aparente un estado de salud mejor del que tiene no se puede atribuir solo a los elementos folclóricos del federalismo alemán, sino también, sin duda, al activismo del partido regional de Baviera, la Unión Social Cristiana o CSU (por sus siglas en alemán).
The relevance of German federalism within Germany’s political system is declining. A trend which the federalism reforms implemented in 2006 and 2007 have done little to arrest. The diminishing significance of the federal political system is attributable to two factors: firstly, in view of the country’s inadequate (education) infrastructures and the perceived alarming secu-rity situation, the German public is more reluctant than ever before to accept the differing political outcomes, which are inevitably associated with a federally organised education and security policy. Secondly, as a consequence of German’s system of interlocking federalism, the financially weaker and less powerful Laender or federal states tend to colour the overall image of Germany’s federal structure. The fact that federalism in Germany appears, ostensibly at least, to be in finer fettle that it actually is, cannot only be attributed to the folklorist ele-ments of German federalism, but emphatically to the activism of the Bavarian regional party, the Christian Social Union or CSU.
