¿Nos importan a los españoles las diferencias regionales en salud?, ¿somos indiferentes a que algunas comunidades autónomas tengan una esperanza de vida en buenasalud considerablemente superior a la de otras? La preocupación por los desequilibrios territoriales en la política de salud, plasmada en la propia Ley General de Sanidad ¿tiene un respaldo social? Si es así, ¿cuánta salud global estaríamos dispuestos a sacrificar parareducir estas desigualdades regionales en salud? y ¿qué puede hacer la moderna Economía del Bienestar para guiar la actuación de la política de salud una vez conocidas las preferencias sociales sobre este asunto? Estas son las cuestiones que se plantean y que propone resolver esta investigación aplicando el principio de fair innings recientemente desarrollado por el profesorWilliams (1997). Se analiza la dimensión autonómica del trade-off eficiencia-equidad de la política de salud: frente al objetivo de eficiencia de alcanzar el máximo nivel de salud global de la población española, seconsidera el objetivo de equidad de reducir las desigualdades regionales en salud. La esperanza de vida ajustada por calidad es el indicador de salud utilizado. Para medir las desigualdades en salud se toma como referencia una esperanza de vida ajustada por calidad socialmente considerada como "justa"; o fair innings. Lasdesviaciones de salud con respecto a dicho fair innings son las relevantes desde el punto de vista de la equidad. Los resultados evidencian la existencia de desigualdades regionales en salud cuando ésta se aproxima por la esperanza de vida a distintas edades. Estas desigualdades se acentúan aún más cuando se ajusta por unindicador de la calidad de vida subjetiva relacionadacon la salud. Los "pesos de equidad" estimados a partir del marco analítico de la Función de Bienestar Social sugieren que los recursos públicos que se destinan a mejorar la salud de los ciudadanos se distribuyan con una ponderación mayor que la unidad para los asignados a las comunidades de Canarias, Andalucía (incluido Ceuta y Melilla), Galicia, Asturias y Extremadura, y con una ponderación sensiblemente inferior a la unidad para las comunidades de Navarra, Cataluña, Cantabria yLa Rioja.
Are Spaniards concerned with current regional differences in health? Are we indifferent to the fact that some regions in Spain have considerably higher life expectancy in good health than others? Does concern about territorial imbalances in health policy -stated in the own Health Care Act-, really have a social support? If so, how much health would we willing to give up in order to reduce regional inequalities in health? and, what can modern Welfare Economics do to guide policy makers, once social preferences about inequalities in health are known? Questions like these ones areaddressed through this paper by applying the "fair innings principle" recently developed by professor Williams (1997). It is aimed to analyse the regional dimension of the trade -off efficienc