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José Manuel Cañal Ruiz, María Dolores Rubio de Medina
El pago único de la prestación por desempleo es un instrumento para la creación de empleo que, a pesar de estar a la disposición de los trabajadores desde hace casi veinte años, se ha utilizado en poca medida. Posiblemente a ello han contribuido algunas razones, como la secular falta de espíritu empresarial, la coyuntura económica de este periodo, la carencia de ayudas complementarias para los emprendedores o la inexistencia de campañas institucionales de promoción del espíritu empresarial y motivación para el autoempleo.En cualquier caso, desde un enfoque positivo hay que señalar que, en los últimos años, se ha producido un importante incremento de emprendedores, especialmente de mujeres, las cuales han tenido más dificultades de inserción en el mercado de trabajo que los hombres y, por tanto, han sido mas castigadas por el desempleo. Este artículo pretende además de estudiar la evolución normativa de esta fórmula de autoempleo, el ofrecer una visión totalizadora de los aspectos de la misma. Partiendo de su concepto, se analizan los requisitos, derechos y obligaciones de los beneficiarios, su compatibilidad con otras ayudas para la creación de empresas, así como su forma de pago, este último aspecto ha sufrido importantes cambios normativos durante el año 2002, a los que aludimos. Asimismo, se analizan otras cuestiones importantes como su relación con la Ley de Sociedades Laborales y cuál es el encuadramiento en el Sistema de Seguridad Social de los beneficiarios del pago único de la prestación por desempleo.
