Manuel J. Peláez
Estudio del pensamiento social y político de José Julián Martí, del que se traducen a la lengua italiana algunos de sus escritos de especial interés. La autora del libro es docente en la Universidad de Messina y ha publicado un número considerable de páginas sobre este gran pensador cubano. La relación de Martí con el marxismo resulta una ilusión fantasmagórica de los hermanos Castro y de sus adláteres. Asistimos a una de tantas manipulaciones ideológicas a las que nos ha tenido acostumbrado el siglo XX, evidentemente en este caso de menor entidad y sin las trágicas consecuencias que tuvieron otras. Fidel Castro es un demagogo, aunque su régimen no puede ser calificado como un modelo dictatorial, sino simplemente autoritario. Responde más bien a un marxismo simplón, artificial, caribeño, edulcorado, de helado de frambuesa. Si Martí no fue marxista, del mismo modo el nivel de demagogia de F. Castro es más verbal que otra cosa. Se parece a Joseph Goebbels en la manipulación ideológica, pero se diferencia abismalmente de la esquizofrenia del ideólogo hitleriano, en los métodos utilizados y en la barbarie nazi; tampoco es posible comparar el castrismo con el stalinismo. La represión castrista es incluso infinitamente más suave que la ejercida por el dictador Franco en España entre 1939 y 1950. La “represión” cubana es algo que ha de escribirse entrecomillado y sus relaciones con Chávez y Maduro y su revolución bolivariana tienen un aire hasta cierto punto chirigotero y excéntrico.