Sergio Domínguez Martínez
El 15M funcionó en un régimen estético inédito, con una protesta eminentemente visual, de una multitud creativa. Dentro de una política del simulacro, entendiendo la protesta como acto político, ético y estético, el movimiento actuó como fábrica de identidades y políticas emancipatoria, convirtiendo el elemento estético en principal herramienta de protesta y de acción; primando la formalidad, obrando desde lo cognitivo, desde la subjetivación de lo estético. Toda emancipación social pasaba por una ruptura estética, reapropiando el espacio público desde inéditas prácticas subjetivadoras, ordenando toda realidad conocible y visible en un nuevo paisaje político y estético. Como una democracia performativa, a través de la protesta se revisaron condiciones normativas de vida, rompiendo normas preestablecidas y explorando formas inéditas o ficticias; siguiendo cierta estética de la existencia, una renovación sustancial de formatos, sentidos, significados y de mitos.
15M worked in an unprecedented aesthetic regime, with an eminently visual protest, from a creative crowd. Within a simulation policy, understanding protest as a political, ethical and aesthetic act, the movement acted as a factory of identities and emancipatory politics, converting the aesthetic element into the main tool of protest and action; prioritizing formality, working from the cognitive, from the subjectification of the aesthetic. All social emancipation went through an aesthetic rupture, reappropriating the public space from unpublished subjective practices, ordering all knowable and visible reality in a new political and aesthetic landscape. As a performative democracy, through the protest normative conditions of life were revised, breaking pre-established norms and exploring unpublished or fictitious forms; following a certain aesthetic of existence, a substantial renewal of formats, meanings, meanings and myths.