Sébastien Gobert
La reforma de la Policía ucraniana, presentada como una respuesta a las aspiraciones de las manifestaciones de 2014, se ha centrado en la corrupción de los agentes sobre el terreno, manteniendo intacta la instrumentalización del Estado por clanes políticos. Para remediarlo, los proveedores de fondos internacionales exigen la creación de órganos judiciales ad hoc: una solución que conlleva el riesgo de poner al país bajo tutela.