En este artículo se analiza la lectura laboral, a partir de las entrevistas profundas que se hicieron a catorce trabajadores que contrastan escolaridad y perfil ocupacional, con la finalidad de mostrar que el contexto prové de una serie de recursos extratextuales que facilitan que los trabajadores realicen una lectura eficiente.
Uno de estos recursos es el entrenamiento que reciben los trabajadores por la repetición de las tareas y los textos que utilizan. La base de esta uniformidad produce una economía de tiempo y esfuerzo donde el primero es indispensable para el orden y productividad propios de una actividad económica.