Este artículo analiza lo que se considera el problema no resuelto de la democracia española, que es el del consenso en torno a la articulación territorial del Estado. Y defiende la tesis de que la insatisfacción y el debate abiertos sobre el estado de las autonomías no surgen tanto de la sociedad o de los ciudadanos insatisfechos, sino de las actitudes de los partidos políticos y de las élites. Los datos sobre las opiniones de los ciudadanos, incluso en las autonomías más "problemáticas", muestran una alta o notable satisfacción con el sistema autonómico. Y el artículo argumenta que la insatisfacción se explica fundamentalmente porque constituye para las élites autonómicas un activo electoral eficaz y un intrumento para la perpetuación del enorme poder político y social alcanzado en sus territorios. Y a este factor pincipal se suma la falta de consenso suficiente de los dos grandes partidos españolaes, PP y PSOE, en torno al modelo de articulación territorial de España.