A pesar de que las campañas políticas electorales son la más clara expresión de la democracia participativa, su funcionamiento interno obedece a los principios empresariales y castrenses del orden y la autoridad. Sin orden y autoridad no se podrá ejecutar a cabalidad la estrategia planteada. Esa responsabilidad de darle orden a la campaña, está en manos del Gerente de Campaña, una persona con liderazgo, prudencia, conocimiento, pero sobre todo con don de mando y autoridad, que no es autoritarismo; porque si una campaña busca persuadir y movilizar electores, los primeros a comprometer son los mismos voluntarios.
Although electoral political campaigns are the clearest expression of participatory democracy, their internal functioning obeys the business and military principles of order and authority. Without order and authority, the proposed strategy can not be fully executed. This responsibility to give order to the campaign is in the hands of the Campaign Manager, a person with leadership, prudence, knowledge, but above all with a gift of command and authority, which is not authoritarianism; because if a campaign seeks to persuade and mobilize voters, the first ones to commit are the volunteers themselves.