Aquilino Yáñez de Andrés
Se analiza un supuesto de reclamación de daños y perjuicios causados por accidente de circulación, en el que el damnificado, después de un largo periplo y valiéndose de la declaración de justicia gratuita que le eximía del pago de costas, interpuso numerosos recursos hasta que consiguió que le fuesen reconocidas la práctica totalidad de las indemnizaciones que reclamaba, acordes a la realidad del daño que había sufrido, y cuya indemnización frustró los sucesivos errores judiciales que se habían cometido en diferentes instancias. Se llega a la conclusión de que sólo con la gratuidad de los procesos, un ciudadano normal podría haber defendido con tanta insistencia sus derechos, hasta lograr el reconocimiento de los mismos.