David Muñoz Pérez, Carmen Ojeda Cubero
La doctrina del daño desproporcionado o «resultado clamoroso» significa que el resultado dañoso excede de lo previsible y de lo normal, es decir, no guarda relación o proporción atendiendo a la entidad de la intervención médica; implica un efecto dañoso inasumible, por su desproporción, ante lo que cabía esperar de la intervención médica.