El Mediterráneo puente o muro es una cuestión clave para la Unión Europea por la creciente brecha entre sus riberas producida por sus diferentes evoluciones demográficas, socioeconómicas, ambientales y políticas, en especial en África y Oriente Medio. De hecho, es la mayor del mundo. El desafío requiere una visión geopolítica activa por la paz, la seguridad y el desarrollo, con una agenda europea de migraciones y asilo, así como políticas de codesarrollo y vertebración multilateral de toda la región. A medio y largo plazo, políticas basadas solo en la contención, construyendo barreras, están condenadas al fracaso.