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Tony Coughlan, Leigh-Anne Perryman
Los recursos educativos abiertos (REA) y, más recientemente, las prácticas educativas abiertas se han promovido ampliamente para conseguir una enseñanza superior más abierta. Hasta ahora dicha apertura está supeditada al suministro de los REA, que generalmente depende de la oferta de los proveedores y se limita al marco de la enseñanza superior. Al buscar maneras de que las prácticas educativas abiertas respondan más específicamente a las necesidades del aprendizaje, conceptualizamos la nueva función de “académico orientado al público” (public-facing open scholar) desempeñada por docentes que trabajan con comunidades en línea para producir y desarrollar REA que respondan a las necesidades de estas últimas.
Con el propósito de estudiar el alcance de dicho papel nos centramos en el sector del voluntariado, que desde nuestro punto de vista podría obtener numerosas ventajas de esta colaboración. Al analizar cuatro comunidades representativas para comprobar la existencia de una formación interna (y, por lo tanto, que podrían beneficiarse del apoyo de un universitario) y de otras dimensiones de aprendizaje, comprobamos que el apoyo de un académico orientado al público podría ser muy útil. Por este motivo desarrollamos directivas detalladas para desempeñar esta función, que tiene el potencial para ampliar considerablemente los beneficios de los REA existentes, al motivar que las instituciones produzcan nuevos REA en respuesta a las necesidades de las personas que se encuentran fuera del ámbito de la enseñanza superior.
Open educational resources (OER) and, more recently, open educational practices (OEP) have been widely promoted as a means of increasing openness in higher education (HE).
Thus far, such openness has been limited by OER provision typically being supplierdriven and contained within the boundaries of HE. Seeking to explore ways in which OEP might become more needs-led we conceptualised a new ‘public-facing open scholar’ role involving academics working with online communities to source and develop OER to meet their needs.
To explore the scope for this role we focused on the voluntary sector, which we felt might particularly benefit from such collaboration. We evaluated four representative communities for evidence of their being self-educating (thereby offering the potential for academics to contribute) and for any existing learning dimension, and we found that there was scope for a public-facing open scholar role. We therefore developed detailed guidelines for performing the role, which has the potential to greatly extend the beneficial impact of existing OER, prompting institutions to release new OER in response to the needs of people outside HE.
