David García
Atenas, ciudad simbólica de los Juegos Olímpicos, vio afluir en agosto de 2004, para los Juegos de Verano, a más de 10.000 atletas en representación de 201 naciones. La organización de este acontecimiento, con su lote de construcciones inútiles, contribuyó a arruinar las finanzas públicas de Grecia y agravó la espiral de la deuda. Trece años después, el balance es abrumador. Pero no para todo el mundo…