Madrid, España
En este trabajo, el autor, a propósito de la STS de 18 de abril de 2016, reflexiona sobre la delimitación entre las dos categorías de suelo urbano –consolidado y no consolidado–, que conforme a la doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo habrá de efectuarse siempre dentro de los «límites de la realidad», sin que el hecho de que el planeamiento opere un cambio de uso de los terrenos ya urbanizados, de industrial a residencial, pueda significar una degradación de la categoría de suelo urbano consolidado a no consolidado, pues además de ser ello ajeno a la realidad urbanística de los terrenos, infringiría el principio de equidistribución de beneficios y cargas derivados del planeamiento, al imponer nuevamente a los propietarios los deberes y cesiones previstos para los titulares de suelo urbano no consolidado.
In this paper, the author takes into account the decision of the Spanish Supreme Court, April 18th 2016, and reflects on the urban land delimitation –consolidated and unconsolidated–, that according to the Supreme Court’s case law must be carried out within the «boundaries of the reality». The fact that the urban planning changes the use of the developed land, from industrial to residential, cannot result in the land degradation from the legal status of consolidated urban land, because in addition to being unrealistic, it would infringe the principle of equal distribution of benefits and burdens arising from the planning, in so far us legal duties and transferring of rights would be imposed again to the ownership of consolidated urban land