Durante generaciones, a los directivos se les ha enseñado que la innovación de los procesos, en especial a lo tocante a la tecnología de la información, sirve de respaldo y está absolutamente subordinada a una estrategia consensuada. En primer lugar, es necesario fijarse en la satisfacción del cliente, no en los costes de los competidores. Además, se deben desarrollar nuevos procesos a medida que se fabrican productos, comprobando la respuesta del mercado. .