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Hace 90 años comenzó el proceso de colonización del territorio enlhet, en cuyo transcurso el pueblo perdió el acceso a las vastas regiones que le pertenecieron. En el 2012, un grupo del mismo marcó sus sitios tradicionales en una de las ciudades de los colonos y evidenció, así, la sobre-escritura de su geografía por otra. En el presente ensayo se dialoga con las expresiones que los representantes de los enlhet y los colonos hicieron en el contexto de dicho marcaje, visibilizando un proceso de desplazamiento que afectó la misma memoria del pueblo. A pesar de ello, este se plantea de una forma que lo distingue radicalmente de los colonos. Se resumen las implicancias y potencialidades de esta diferencia para la comunicación entre los dos grupos. Paralelamente, se resalta que el marcaje de los sitios originales no orienta a una reproducción estéril de constelaciones pasadas, sino que es una estrategia de anclar la memoria en lugares concretos.
