Este artículo analiza, por una parte, la importancia creciente del partido político como sujeto contable particular, al realizar actividades económico-financieras de notable cuantía, que hacen necesaria una minuciosa y concienzuda regulación y normalización contable de dichas actividades, así como del modelo de financiación. Por otra parte, se examinan, además, las diversas modalidades de financiación irregular de partidos existentes en la actualidad, que no se integran dentro de la estricta legalidad y que, por lo tanto, se encuentran inmersas en el punto fronterizo entre la corrupción y el delito.