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El conflicto sirio ha materializado la evolución de lo que se entiende por “yihadismo global” desde 1988. El pulso por el equilibrio regional y la lucha de intereses entre múltiples potencias ha facilitado la diversificación de los bandos beligerantes y la aparición de una insurgencia yihadista. Lejos de ser monolítica, ésta muestra claras diferencias en cuanto a medios y objetivos a medio y largo plazo. Mientras que Al Qaeda pierde su hegemonía, capacidad de conquista territorial y coordinación, Daesh ha sido capaz de establecer un protoestado con el fin de legitimarse, controlar socialmente a la población y alcanzar una autonomía financiera.
O conflito sirio materializou a evolución do que se entende por “xihadismo global” desde 1988. O pulso polo equilibrio rexional e a loita de intereses entre múltiples potencias facilitou a diversificación dos bandos belixerantes e a aparición dunha insurxencia xihadista. Lonxe de ser monolítica, esta amosa claras diferenzas en canto a medios e obxectivos a medio e longo prazo. Mentres que Al Qaeda perde a súa hexemonía, capacidade de conquista territorial e coordinación, Daesh foi capaz de establecer un pro-toestado co fin de lexitimarse, controlar socialmente a poboación e alcanzar unha autonomía financeira.
The Syrian conflict has materialised the evolution of what was meant by “global jihadism” since 1988. The power struggle for the regional balance and the clashes of interests between states on the ground has facilitated the diversification of belligerent parties and the emergence of a jihadist insurgency that far from being monolitic shows clear differences in terms of resoucres and midterm and longterm objectives. While Al Qaeda is losing its hegemony, Daesh has been able to establish a shell-state in order to legitimiaze itself as a state, impose a social control and achieve a financial autonomy.
