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Uno de los desafíos centrales de la política social latinoamericana es garantizar seguridad social para toda la población en contextos de alta informalidad laboral. En la Argentina, un país pionero en el desarrollo de los sistemas de pensiones en la región, más de un tercio de las personas en edad jubilatoria carecían de beneficios en 2005. A partir de entonces la cobertura se expandió sustancialmente como resultado de la implementación de un programa que relajó los requisitos contributivos y otorgó beneficios a un gran número de adultos mayores que se hallaban fuera del sistema. Esta investigación analiza el impacto de este proceso sobre el nivel y distribución de la cobertura, identifica los cambios en los factores sociodemográficos asociados a la inclusión/exclusión del sistema previsional argentino, y discute los obstáculos que persisten para alcanzar una cobertura universal en el mediano y largo plazo.
