Florence Bonnet, Ellen Ehmke, Krzysztof Hagemejer
Para contrarrestar los efectos sociales negativos de la crisis actual, los Estados deben adoptar medidas para proporcionar ayuda a los ingresos y nuevas oportunidades de empleo a los trabajadores afectados y sus familias. En este artículo se examinan las respuestas a la crisis aportadas por algunos países a través de programas de desempleo, que es la rama de la seguridad social más afectada por la desaceleración económica. Se abordan asimismo las situaciones de compromiso a las que los regímenes de seguridad social en su conjunto deben hacer frente durante las crisis económicas, cuando disminuyen los ingresos provenientes de cotizaciones e impuestos destinados a financiar los programas y se incrementa el gasto en prestaciones. También se presta especial atención a las preocupaciones que suscitan las políticas en materia de pensiones. Por último, se aborda la iniciativa propuesta por las Naciones Unidas en favor de un «nivel mínimo de protección social» en el plano mundial destinado a facilitar, al menos, protección social básica a la gran mayoría de la población mundial que carece actualmente de cobertura social y sigue siendo vulnerable a los riesgos económicos y sociales.