Para que las facultades de derecho recuperen su papel protagónico en el impulso de los cambios institucionales que requiere el país, es necesario impulsar reformas curriculares de fondo dentro de las cuales, ocupa un papel fundamental el relacionado con los mecanismos alternos de solución de conflictos los cuales deben ser concebidos no solo como instrumentos de descongestión de la rama judicial, sino como instrumentos de cultura que permitan a los asociados el manejo civilizado de todas sus diferencias.