Joan Cortinas Muñoz
A partir de los años 1970 se produce en la mayoría de países de la Europa occidental un fenómeno que se conocerá como «nueva pobreza». Este fenómeno es, según Robert Castel, un indicador del debilitamiento de la sociedad asalariada y del pacto keynesiano-fordista que la sustentaba. La nueva pobreza es el resultado del debilitamiento del pleno empleo, del debilitamiento de la estabilidad de los puestos de trabajo y de las protecciones vinculadas al empleo asalariado. En respuesta a estas situaciones emergen las llamadas rentas mínimas. En el caso catalán, la Renta mínima de inserción será concebida como un dispositivo orientado a la capacitación social y profesional de los «pobres» en proyectos de inserción definidos localmente. En este artículo se indaga en las razones, en el caso catalán, que llevaron a dar respuestas locales y de capacitación individual a fenómenos vinculados a mutaciones en las estructuras económicas y sociales de nuestra época. Este artículo inspirado por la sociología de las categorías de la acción pública y de la sociología de los problemas sociales, defiende que la forma que toma la renta mínima en Catalunya debe entenderse como el resultado del tipo de actores y del contexto de producción de este dispositivo más que como una respuesta técnica y racional a un problema social.
Beginning in the 1970s, most countries in Western Europe have experienced the phenomenon of the «new poverty». According to Robert Castel, this phenomenon is an indicator of the decline of salaried society and of the Keynesian-Fordist pact that underpinned it. The new poverty is the result of the decline of full employment and weakened stability in terms of jobs and the protections linked to salaried employment. «Minimum income» projects emerge as a response to these situations. In the Catalan case, guaranteed minimum income is conceived as an instrument aimed at the social and professional training of «the poor» in locally defined integration projects. This article investigates the reasons that led to the Catalan approach consisting of providing local responses, emphasizing individual training, to phenomena associated with mutations in the economic and social structures of our age. Taking its inspiration from sociology of categories of public action and from sociology of social problems, the article argues that the way in which minimum income has been implemented in Cataluña should be understood as the result of the kind of actors and context in which this tool has been produced, rather than as a technical and rational response to a social problem.