Tanto con el texto originario como con la vigente versión de la decimonónica Ley de Enjuiciamiento Criminal �LECrim.� habríamos de llegar a la sorprendente conclusión de que nuestra norma procesal penal no reconoce eficacia jurídica alguna al secreto profesional médico; una institución que enraíza con una tradición que se remonta a la antigua Grecia, donde una de las claves del conocido como Juramento Hipocrático se centra precisamente en este especial deber de confidencialidad: