Arthur Fouchère
Creadas en 2013 por el presidente Xi Jinping, las “rutas de la seda” deben unir, por tierra y mar, China con Oriente Próximo, con África y con Europa, pasando por Asia Central. Aunque al principio Rusia vio en estas una injerencia china en su patio trasero, hoy en día prepara una cooperación de la que espera obtener consecuencias positivas. Kazajistán, por su parte, busca un equilibrio entre ambos gigantes.