Dos décadas después de su vuelta al redil chino, Hong Kong ve cómo la represión aumenta y su margen de autonomía se restringe. Da fe de ello el encarcelamiento de tres dirigentes del movimiento a favor del sufragio universal, que había movilizado a los jóvenes en el otoño de 2014. Sin embargo, una multiforme corriente política “localista” comienza a echar raíces en la sociedad.