La peor de las propagandas es aquella que pasa inadvertida. Cuando es un medio de comunicación el que la realiza, para una empresa o institución que le paga, se convierte en una gran traición a su lector, oyente o telespectador. Está ocurriendo ya con demasiada frecuencia. An elephant in the room: un elefante en la habitación del periodismo; una presencia que casi todos conocen, que a todos incomoda, pero de la que se habla poco o nada.