Cristina Fernández Pereda
Las dos líneas de la gráfica que reflejaba las probabilidades del resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos cambiaron de dirección en cuestión de horas. En su nueva y final trayectoria, en la cruz que forma ese cambio de dirección impredecible, con una línea dibujando el descenso dramático de las posibilidades de triunfo de la demócrata Hillary Clinton y otra que ascendía constante hasta terminar en la elección del republicano Donald Trump a la presidencia, está registrado lo que ya ha sido llamado como el momento histórico diametralmente opuesto a lo que supuso el escándalo Watergate para el periodismo estadounidense.