¿Existen lazos invisibles entre un acontecimiento que se da a ver con el apelativo Novo Cinema Galego (NCG) y determinadas prácticas que singularizan el cinema que identi!camos como feminista? Bajo este interrogante iniciamos una reflexión para, de confrmarse esa analogía, ponernos a pensar por qué esta “!liación” no se verbaliza por parte de la crítica. Lo situamos, por tanto, en el marco de una sospecha a la que pusimos por título: “Tensiones latentes, prácticas (in)diferentes”.