Lucas J. Ruiz Díaz
En la última década, la Unión Europea (UE) ha prestado especial atención a las medidas de prevención del terrorismo y, en particular, de la radicalización terrorista, aportando una estrategia específica e instrumentos de apoyo que completan los esfuerzos de las autoridades nacionales en este ámbito de la seguridad. Sin embargo, debido a la complejidad del fenómeno y del propio reparto competencial, la respuesta multidimensional prevista por la UE adolece de deficiencias que reducen todo su potencial, dando la sensación de que ha fracasado en la consecución de sus objetivos si solamente nos atenemos a los actos terroristas acaecidos durante el último año en territorio europeo.