El ascenso económico de Asia ha transformado la estructura del poder interestatal, desplazando a las potencias tradicionales e impactando sobre normas e instituciones del orden internacional liberal liderado por Estados Unidos y consensuado por las potencias occidentales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El orden de Westfalia se enfrenta, a la vez, al giro cosmopolita (el proyecto de Worldfalia) y al envite de Asia (¿un proyecto de Eastfalia?). A través del análisis de la relación de China con el multilateralismo y con la Responsabilidad de Proteger el artículo defiende que las potencias asiáticas, desde sus nuevas posiciones de poder, influyen en el orden internacional, participando en los procesos de creación de normas globales y modelando las instituciones conforme a sus nuevos objetivos e intereses. Dejan de ser receptoras de normas para participar activamente del proceso jugando diferentes roles. Sus actuaciones no conducen a crear y liderar un nuevo orden eastfaliano. Al contrario, refuerzan los principios de Westfalia y aceptan el avance de normas worldfalianas a la par que las intentan limitar.