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Eulogio Fernández Carrasco
Dentro del aparato burocrático de la Inquisición, existieron cargos, que junto a los básicos de esa organización, como por ejemplo inquisidores, notarios, secretarios, etc., fueron muy apetecidos en sus postulaciones. Estos cargos, que en la práctica eran menos representativos, tenían más carácter honorífico que práctico en el desempeño de servicios efectivos para el Santo Oficio. Entre estos cargos, aparece, la figura del alguacil mayor, con frecuencia unida a la de los familiares de la propia Inquisición. Estas figuras, fueron solicitadas, más por sus privilegios inherentes al puesto, que por los deseos de ejercer un oficio, ya que generalmente, no tenían asignada ninguna retribución. Con frecuencia, esta situación de vinculación entre el Santo Oficio y estas figuras, con el paso del tiempo, el propósito de quien las ostentaba, era la de obtener otras, la de secretario honorario, o ser supernumerarios. En definitiva, la idea que tenemos de la figura de alguacil mayor, es la de ser una figura decorativa que ostenta un cargo honorífico para personas distinguidas, aunque en la práctica y a tenor de las Instrucciones de la Inquisición, no las configura con tal carácter.
Within the bureaucratic apparatus of the Inquisition, there were charges, which together with the core of the organization, such as inquisitors, notaries, secretaries, etc., were highly sought in their applications. These charges, which in practice was less representative, had more honorary than practical in performing effective services to the Holy Ofice. Among these charges, appears the figure of Constable, often linked to that of the Relatives of the Inquisition itself. These figures were requested, more privileges incident to the office, which wishes to pursue an occupation because generally, were not assigned any remuneration. Often this situation linkage between the Inquisition and these figures with the passage of time, the purpose of those who held, was to get others, fee, or be supernumerary secretary. In short, the idea we have of the figure of Constable, is to be a figurehead who holds an honorary position to distinguished persons, although in practice and in accordance with the instructions of the Inquisition, not configured in such capacity.
