Bernardo Hernández San Juan
Ocho años después de la Gran Recesión, la economía global sigue mostrando un comportamiento decepcionante: escaso crecimiento, productividad estancada, mayor desigualdad y amplios segmentos de la sociedad sumidos en el descontento. La desaceleración de la productividad en los países desarrollados responde al agotamiento del progreso tecnológico y las barreras, a la reasignación eficiente de los recursos y a la difusión de las nuevas tecnologías. Por su parte, la distribución de la renta global se ha hecho más equitativa en los últimos 20 años, por la convergencia de China e India. Sin embargo, se han intensificado las desigualdades dentro de muchas economías avanzadas. La política económica debe buscar compatibilizar productividad y equidad, promoviendo un crecimiento más inclusivo.