Las elecciones legislativas alemanas del próximo 24 de septiembre no se anuncian bajo los mejores auspicios para el Partido Socialdemócrata. Más allá de sus sinsabores electorales en los últimos escrutinios regionales y de sus acrobáticas alianzas, el propio núcleo de su ideología parece desintegrado. En los municipios, los militantes desconcertados buscan en vano una línea clara.