Soldador, cuidador de personas dependientes, trabajador de ventanilla, conductor… En Europa, las clases populares han experimentado importantes cambios. De Londres a Bucarest, son las grandes perdedoras de la crisis. La vida de los asalariados modestos sigue siendo poco conocida en los centros de poder, que a menudo los consideran una masa homogénea de cuyo destino hay que compadecerse para ganar votos.