Ioulia Shukan
Desde el cambio de poder en Ucrania, Bielorrusia intenta escapar del aumento de la tensión entre Rusia y la Unión Europea. Minsk, poniendo en práctica sus buenos oficios, pretende diversificar sus intercambios y consolidar su independencia con respecto a Moscú. Ahora bien, el presidente Lukashenko, preocupado por preservar su poder y su alianza estratégica, sabe bien cuáles son las líneas rojas que no se deben traspasar.