El matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos que afecta mayoritariamente a niñas que, además de provocarles gravísimos daños en su salud física, psicológica y reproductiva, reduce sus oportunidades de educación y empleo y las hace más vulnerables a la violencia en el ámbito de la pareja. Por ello a nivel institucional se viene reclamando que se prohíba el matrimonio de menores de 18 años y que se adopten por los Estados una serie de medidas para poner a fin a esta práctica.