Pawel Nowakowski
Este artículo se propone presentar y explorar la aproximación contractualista al libertarismo planteada por el filósofo canadiense Jan Narveson, conocido como el principal representante del llamado libertarismo contractualista. El trabajo empieza con una breve introducción seguida de un apartado que, bajo el rótulo de “Supuestos”, discute la comprensión de Narveson de la moralidad, su crítica a la metodología de Rawls y su visión de la ley natural y los derechos naturales. Posteriormente, en el apartado “Contrato social: justificación, procedimiento, motivos” se presentan estos elementos de la filosofía de Narveson como ventajas del contractualismo, niveles del contrato social y de su estatus, y también como motivaciones de las partes sometidas al contrato social. En la tercera sección, titulada “Críticas contra Narveson”, se aborda la discusión crítica sobre el tema planteada por otros teóricos (Tibor R. Machan, John T. Sanders, Leo Groarke). La última sección, “¿Es libertario el contractualismo de Narveson?” propone la tesis de que el contractualismo de Narveson no puede ser contemplado como una forma legítima de libertarismo. Pues por más que Narveson llegue a conclusiones compatibles con el libertarismo, su filosofía encajaría más bien en la categoría del laissez-faire.
This chapter aims at presenting and scrutinizing a contractarian approach to lib-ertarianism, which has been proposed by a Canadian philosopher, Jan Narveson, known as the main proponent of so-called contractarian libertarianism. The chapter begins with the short introduction followed by “Assumptions,” discussing Narve-son’s understanding of morality, his critique of Rawlsian methodology and his view on natural law and natural rights. Afterwards, “Social contract: justification, proce-dure, motives” presents such elements in the philosophy of Narveson as advantages of contractarianism, levels of the social contract and its status, as well as motives of parties being subject to the social contract. The third part, entitled “Critics vs. Narveson” touches on a critical discussion of the subject by other theorists (Tibor R. Machan, John T. Sanders, Leo Groarke). The last section, “Is the Contractarianism of Narveson Libertarianism?” presents the thesis that Narveson’s contractarianism is not a justified basis of libertarianism. Albeit he comes to conclusions agreeable to libertarianism, his philosophy is better labeled as laissez-faire.