Ese gran ensayista-relator-cronista como bautizó José Emilio Pacheco a Carlos Monsiváis, quien no hace mucho nos dejara, llegó a decir en una oportunidad que “los números no son poéticos pero su retórica se impone al ser objetos de la religiosidad contemporánea”. ¡Es cierto! Hoy, todo es cuantificable. Desde la libertad, la muerte, la democracia, la violencia, la inseguridad, el costo de la vida,…hasta la vida. Entonces hagamos ciertas esas palabras de Monsiváis y digamos que una publicación periódica, como lo es Comunicación, está cumpliendo 35 años de vida, de realidad, de existencia, de significación.
Haber arribado a 35 años es bastante, sobre todo en un país como Venezuela en donde las publicaciones de corte cultural, académico, hasta político no rebasan los cinco años de existencia. Pero son 35 años de hacernos presentes en el pensamiento comunicacional y cultural del país, de América Latina y en ocasiones del mundo. ¡No es poca cosa esa tarea! Pensar, repensar, centrar y descentrar el universo cambiante de las comunicaciones y su aporte a la cultura de estos tiempos ha sido el intento, unas veces bien y otras no tanto, con aciertos y equivocaciones, desde las páginas de Comunicación.
35 años: el camino está ahí. 151 números publicados con diversidad de temas y enfoques. Seguimos con la misma pasión que al comienzo, quizás algo cansados por el transcurrir del tiempo que no perdona ni al más atento, pero seguimos estando aquí para aportar nuestro grano de arena a lo que fue nuestro eslogan de nacimiento: trabajar por la democratización de las comunicaciones, con sentido crítico y alternativo. En definitiva, el sentido final es contribuir desde estas páginas, convertidas en tribuna, a la democracia cada vez más sentida y requerida.
¿Cuál ha sido el significado de estos 35 años de Comunicación? La interrogante, quizás ambiciosa, pero sobre todo pretenciosa es la que le hemos formulado a un grupo de amigos periodistas, docentes del área de comunicación, comunicólogos y demás oficios. Pero antes de darle a ellos la palabra, lo primero es el agradecimiento a todos…por haber alcanzado la estadística de estos 35 años convertidos en religiosidad compartida.