El proyecto BEPS (acrónimo de Base Erosion and Profit Shifting), es una técnica que permite a grandes multinacionales trasladar sus beneficios a domicilios en los que la tributación es singularmente baja, y ello con independencia de que tengan o no actividad real en los mismos. La OCDE ha reaccionado ante este problema y presentó en 2013 un plan de acción para proporcionar a los países instrumentos domésticos e internacionales que alineen mejor los impuestos con la actividad económica, que fue la base de la Directiva 2016/1164 del Consejo de 12 de julio de 2016, por la que se establecen normas contra las prácticas de elusión fiscal que inciden directamente en el funcionamiento del mercado interior. No obstante la bondad del Plan y de la Directiva, podrían plantearse problemas en sectores como la actividad de capital-riesgo, que son abordados en este artículo.