En los últimos años, hemos asistido a situaciones en las que la Administración tributaria (tanto en procedimientos administrativos como penales), defendía que, acreditada la simulación de una residencia en el extranjero, el contribuyente debía considerarse residente en España. En nuestra opinión, dicho proceder no es correcto, pues con arreglo a las reglas generales de la prueba en los procedimientos administrativos y judiciales, únicamente cuando se acredite que una persona cumple los requisitos para ser considerada residente fiscal en España (no cuando se acredite que no es residente en otro país), se le podrán exigir las consecuencias derivadas de tal residencia.
In recent years, we have witnessed situations in which the Tax Office (both in administrative and criminal proceedings) argued that, once the simulation of a residence abroad was proven, the taxpayer should be considered as resident in Spain. According to the general rules of evidence in administrative and judicial proceedings, only when it is established that a person meets the requirements to be considered as a tax resident in Spain (not when it is believed that he is not resident in another country), the consequences derived from such residence in Spain may be claimed to him.