El autor sostiene que la fraternidad, en su versión actual de solidaridad, es el valor esencial del constitucionalismo social contemporáneo. En efecto, la solidaridad propicia una concepción conciliadora de los tres pilares de la trilogía liberal superando las posiciones excluyentes de la libertad y de la igualdad. En particular, la solidaridad facilita una actualización de los logros del Estado liberal y una consolidación del acervo Estado social que deberían tener un efecto corrector de medidas de austeridad nocivas para la dignidad humana (en ámbitos tales como el trabajo decente, el acceso universal al sistema de salud o la lucha contra la pobreza energética). Semejante efecto corrector no ha sido asumido en recientes casos importantes por el Tribunal Constitucional español, que ha adoptado una reprochable posición restrictiva contraria a los parámetros sociales europeos más favorables. Desde este punto de vista, las diversas facetas de la solidaridad aportan una insoslayable dimensión social a un constitucionalismo cada vez más global.
The author argues that fraternity, in its current version of solidarity, is the essential value of contemporary social constitutionalism. Indeed, solidarity fosters a conciliatory conception of the three pillars of the liberal trilogy by overcoming the excluding positions of freedom and equality. In particular, solidarity facilitates an update of the liberal state’s achievements and a consolidation of the social state’s acquis which should have a corrective effect on austerity measures that are harmful to human dignity (in areas such as decent work, universal access to the health system or the fight against energy poverty). Such a corrective effect has not been assumed in recent important cases by the Spanish Constitutional Court, which has adopted a reprehensible restrictive position contrary to the more favourable European social standards. From this point of view, the various facets of solidarity bring an implausible social dimension to an increasingly global constitutionalism.