La construcción de la presa más alta del mundo �todo un desafío técnico y financiero�, que se reanudó el pasado mes de octubre, constituye una cuestión crucial para el desarrollo de Tayikistán. No obstante, al amenazar la economía y el medio ambiente de la cuenca del mar de Aral, la obra provoca tensiones geopolíticas en Asia Central. A pesar de ello, la muerte del Presidente uzbeko, su opositor más feroz, podría reactivar la cooperación para la gestión del agua en la región.